En 1918, John D. Rockefeller se convirtió en el primer multimillonario en liderar la lista Forbes, marcando un hito insuperable en la historia financiera. Cuando el fundador de Standard Oil murió en 1937, a los 98 años, dejó una herencia equivalente a unos $340.000 millones de dólares de la actualidad, aunque estudios afirman que en el pico de sus negocios amasó una fortuna que, ajustada a valores actuales, podría superar los $660.000 millones (casi el triple de lo que acumulan hoy personas como Jeff Bezos o Mark Zuckerberg), una cifra que representó el 1,53% del PBI de Estados Unidos en su época.
El auge del imperio del petróleo
Rockefeller emergió en la llamada Gilded Age (Edad Dorada), un periodo de rápida expansión industrial y económica en EE.UU. Desde joven, identificó el potencial del naciente negocio petrolero y creó Standard Oil en 1870. Con una estrategia agresiva, absorbió competidores y estableció un monopolio del 90% del refinado de crudo en el país. Para eludir leyes antimonopolio, empleó el innovador modelo de ‘trust’, controlando el mercado y acumulando riqueza sin precedentes.
Legado y filantropía
A su muerte en 1937, Rockefeller dejó una fortuna monumental. Su hijo, John D. Rockefeller Jr., no solo expandió el imperio familiar, sino que también reforzó la imagen pública de la familia a través de la filantropía. Fue el responsable de la construcción del icónico Rockefeller Center y la creación de importantes fundaciones, siguiendo su lema: “Gana lo que puedas, guarda lo que puedas y reparte lo que puedas”.
La dinastía Rockefeller
La fortuna familiar se diversificó en la siguiente generación, con los seis hijos de Rockefeller Jr. destacando en negocios, política e inversiones. Nelson Rockefeller llegó a ser vicepresidente de EE.UU., mientras que David Rockefeller se convirtió en un destacado banquero. Aunque la fortuna se diluyó con el tiempo, la familia aún posee activos significativos, incluyendo el Rockefeller Center y participaciones en petróleo y banca.
Hoy, el apellido Rockefeller sigue siendo sinónimo de riqueza y éxito empresarial. Aunque su fortuna actual está lejos del poderío que tuvo hace un siglo, su legado económico y filantrópico perdura como un símbolo del capitalismo moderno.