La mayoría de los multimillonarios deben su fortuna a la empresa que fundaron. Sin embargo, Steve Ballmer logró amasar un patrimonio de más de $122.000 millones de dólares sin haber creado una compañía propia, superando incluso a su mentor y amigo Bill Gates, cuya fortuna se estima en 109.000 millones de dólares. Su éxito se debe a su rol en Microsoft, donde fue una pieza clave en su crecimiento y consolidación, desempeñándose primero como responsable de ventas y luego como CEO. Durante su mandato, los ingresos de la empresa se triplicaron, sentando las bases para su actual liderazgo en el sector tecnológico.
A diferencia de Bill Gates, Ballmer pertenece a un exclusivo grupo de directivos que lograron una fortuna sin ser fundadores. Su trayectoria ofrece lecciones valiosas para cualquier emprendedor que busque el éxito en los negocios. Estas son sus cinco claves fundamentales:
1. Tener una visión global del “terreno de juego”
Ballmer, actual propietario de los Los Angeles Clippers de la NBA, siempre consideró la importancia de entender el “campo de juego” en los negocios. Desde su etapa universitaria, estuvo involucrado en la gestión de equipos, algo que luego trasladó a Microsoft. Según explicó a Fortune en 2013: “Si el CEO no ve el campo de juego, nadie más podrá hacerlo”.
Su capacidad para anticiparse a los cambios le permitió apostar por la computación en la nube, un movimiento que sería clave en la década siguiente. Como decía Wayne Gretzky, “yo patino hacia donde estará el disco, no hacia donde ya ha estado”. Ballmer aplicó esta mentalidad a su carrera.
2. Rodearse del mejor talento
En palabras del propio Ballmer a Fortune: “Somos mejores cuando contamos con personas muy talentosas con las que también trabajamos juntos”. Además, fomentó el crecimiento interno dentro de la empresa, promoviendo a empleados comprometidos el 70% u 80% de las veces. En una entrevista con The Wall Street Journal en 2009, enfatizó la importancia de la dinámica interna en las organizaciones. Al contratar, solía preguntar a los candidatos: “Contame algo de lo que estés orgulloso”. Según él, esa pregunta revelaba la pasión y el potencial de cada persona.
3. Replantearse todo y estar dispuesto a cambiar de opinión
El mundo de la tecnología cambia rápidamente, y Ballmer entendió que adaptarse es esencial. Aprendió a desafiar sus propias creencias y a modificar su enfoque cuando la evidencia lo demandaba. Una vez dijo: “Lo único cierto es que el campo de juego está cambiando constantemente”.
Su experiencia le demostró que mantenerse estático puede ser costoso. Empresas icónicas como Kodak, Nokia y Blackberry sufrieron por no ajustarse a los nuevos tiempos. Por eso, considera fundamental cuestionar estrategias y estar dispuesto a evolucionar.
4. Actuar a corto plazo, planificar a largo plazo
Ballmer adoptó una filosofía de equilibrio entre acción inmediata y visión a futuro. Su amigo Bill Gates compartía la preocupación de que Microsoft pudiera no tener los recursos suficientes para pagar a sus empleados. Para contrarrestar este temor, ambos adoptaron una mentalidad optimista a largo plazo, pero prudente en el día a día.
Como explicó Ballmer: “Hacer bien las cosas importantes que generan todo el dinero requiere un periodo de tiempo muy largo. Ejecutar de una manera que te permita hacerlo es un ciclo corto”.
5. Conocer las propias debilidades y aprender a superarlas
Ballmer reconoce que su fuerte siempre estuvo en los negocios más que en la tecnología. En 2013, dijo: “Obviamente entiendo mejor los temas de negocios que los de tecnología. He crecido, y cuando crecés, sos consciente de cuánto no sabías”.
Para él, el aprendizaje continuo y la mejora personal son claves para abrir nuevas oportunidades. Coincide con la filosofía de Sam Altman, CEO de OpenAI, quien destaca la importancia del crecimiento personal como pilar del éxito profesional.
Conclusión
Steve Ballmer demuestra que no es necesario fundar una empresa para convertirse en un referente de los negocios. Su capacidad de liderazgo, su visión estratégica y su habilidad para rodearse del mejor talento han sido factores determinantes en su éxito. Sus lecciones pueden servir de inspiración para cualquier emprendedor que aspire a dejar huella en el mundo empresarial.